domingo, 7 de diciembre de 2014

CONSTITUCIÓN PETRIFICADA

Una vez más, el 6 de diciembre es el día de la contradicción, un día que que celebramos al aprobación del texto que da soporte a nuestra sociedad, a nuestro modelo de país, un texto producto del consenso tras los años negros del régimen anterior. Con zonas de luz y zonas de sombra, hemos viajado sobre ese texto constitucional durante mas de tres décadas. Pese a la relevancia de esta conmemoración, seguimos considerando oficial la fiesta del 12 de octubre como fiesta nacional. Tiempo es ya de pasar página y dar realce a la Constitución considerando el 6 de diciembre como la fiesta nacional, para ser coherentes con la sociedad que vivimos, fruto de ese consenso y alejada de las conquistas imperiales, a sangre y destrucción, que representa en 12 de octubre. Por otro lado, más de tres décadas son tiempo suficiente para analizar lo bueno y lo mejorable de ese texto. No se nos escapa que el modelo territorial necesita ajustes, que es necesario revisar y fortalecer el capítulo de derechos y fortalecer la educación, la sanidad y los servicios sociales, como soportes de un modelo de convivencia y solidaridad; en esta sociedad condicionada por la tecnología, es necesario también fortalecer la protección de los derechos individuales y sociales en relación con las TIC. El Senado pide a gritos una revisión de su composición y funciones, ya desde hace años. No se termina con la reforma constitucional la construcción del estado, es necesario, además, consensuar una serie de normas que desarrollen de forma sólida y estable algunos aspectos clave en el modelo autonómico, la educación, las políticas sociales o la atención sanitaria. Nada pasa por actualizar la Constitución y adaptarla a la nueva sociedad, al contrario, se fortalecerá y ayudará a seguir construyendo un país moderno, sólido, solidario, un país que a veces parece se nos va por las alcantarillas de la corrupción y el deterioro social relacionado con la última crisis económica. Sin duda, es tiempo de repensar y actualizar algunos aspectos de nuestro edificio normativo, comenzando por la Constitución. No impulsar esta reforma es signo de inseguridad y cortedad de miras.

viernes, 14 de noviembre de 2014

REAL AVILÉS: IN ENGLISH, PLEASE

Resuelta la incertidumbre, firmado el compromiso con el nuevo gestor, un escocés, de nombre Clarkson, se abre una nueva etapa que, apoyada en lo mejor de los últimos años, debería evitar lo peor de estos años, no sólo por parte de los gestores, también por la afición y la sociedad avilesina. Un poquito de realidad, por favor. Es innegable que mantener un club es muy costoso y depende, en buena medida, de los resultados, aunque éstos dependen del trabajo bien hecho, en los despachos al planificar la plantilla, también en el terreno, en los entrenamientos y en la competición. La suerte es algo que dura muy poco y, al final, siempre queda primero el que mejor lo hace durante la temporada. Hacerlo bien supone tener un equipo razonablemente seleccionado, equilibrado en juego y costes…teníamos un buen equipo, el actual aún tienen que dar más. Es inexplicable la gestión de la plantilla anterior por parte de los gestores que se han ido, RANG-Golplus. Hacerlo bien necesita un director técnico adecuado…y esto lo tenemos. Mejorar la plantilla un poquito dependerá del mercado y del presupuesto disponible. Veremos que dice el escocés. Hacerlo bien también es incrementar el número de socios y mejorar la presencia de aficionados en el estadio cada semana. Este es uno de los fracasos más sonoros de los anteriores gestores. En mi opinión, nunca entendieron que Avilés es una ciudad industrial, sumida en la incertidumbre laboral, con miles de familias en dificultades, para las que detraer unos euros para ir al fútbol no es nada sencillo; a eso hay que sumar la desafortunada historia previa del club con el estrepitoso fracaso del actual accionista mayoritario. Siendo eso así, resultó insultante escuchar al anterior director general, al final del primer partido de promoción, quejarse de la poca asistencia, echando la culpa a la ciudad de no acudir al estadio. Se equivocó y mostró su incapacidad, porque él era el responsable de llenar el campo, los que fuimos ya hicimos nuestra parte. Pero también se equivocó, o fracasó, en conseguir un mayor apoyo de la sociedad. Debería preguntarse si hizo todo lo posible por atraer a pequeños industriales, comerciantes, industrias de mayor tamaño. Y, del mismo modo, salvando cuestiones administrativas en materia de subvenciones, estoy convencido que le faltó imaginación para lograr un espacio común de cooperación con el Ayuntamiento de la ciudad. Ahora es tiempo nuevo, muy nuevo, el nuevo gestor viene de otra cultura, de uno de esos países que siempre nos parecen mejores, habla otro idioma, ojalá también hable otro idioma diferente a la hora de enfocar los problemas y aportar soluciones. Los aficionados van a estar expectantes, apoyando, sin duda, si se hacen bien las cosas; incluso en inglés, estamos dispuestos a escuchar y cooperar. ENRIQUE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ Socio del Real Avilés

sábado, 1 de noviembre de 2014

REFLEXIONES DESPUÉS DE LA CRISIS

La crisis del Ébola obliga a revisar nuestro Sistema Nacional de Salud La recientemente superada crisis generada por el contagio de una persona por el virus Ébola en nuestro país, esperemos que sea la última, felizmente resuelta para la enferma y sus contactos de riesgo, ha puesto de manifiesto algunas fortalezas de nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS), pero también ha abierto algunos interrogantes que no deberíamos dejar pasar sin analizar detenidamente. No cabe duda que nuestro sistema de salud ha sido capaz de repatriar a ciudadanos españoles enfermos, atenderlos y curar aquellos casos que la situación clínica y la capacidad de respuesta individual, lo han permitido. Eso no resulta sencillo ante una enfermedad completamente desconocida para nuestros profesionales y para nuestros centros sanitarios, una enfermedad con una alta tasa de mortalidad y que precisa un tipo de atención muy exigente. Primera fortaleza evidente. La segunda fortaleza, ésta ya muy conocida, aunque precisamente por eso no siempre bien valorada, es la accesibilidad y la equidad. No han existido barreras culturales, sociales o económicas para que el sistema de salud diese a cada paciente aquello que precisaba en cada momento. Frente a esto, hemos conocido las dificultades de algún ciudadano americano para continuar tratamiento por razones de acceso económico a la medicación necesaria. Es preciso recordar que nuestro Sistema Nacional de Salud dispone de la más amplia cartera de servicios que se conoce y la pone a disposición de las personas que lo necesitan, sin distinción, aunque desde 2012 existan algunos matices que cuestionan la idea anterior. Ambas fortalezas han llevado en numerosas ocasiones a decir que disponemos de uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, lo que es cierto en ambos aspectos. Sin embargo, estas últimas semanas deben hacernos reflexionar sobre algunos aspectos muy relevantes. La primera reflexión está relacionada con la financiación y el aseguramiento. No cabe duda que es el Estado, y las Administraciones Sanitarias Territoriales, quienes garantizan la equidad en el acceso y el mantenimiento de las prestaciones; en este sentido, la introducción de criterios de beneficio empresarial en el sistema de salud, orientará las decisiones de gasto e inversión en aquellas líneas de mayor generación de beneficios, dejando para el sector público las parcelas de más coste e ineficiencia económica, aunque imprescindibles en materia de cohesión sanitaria. Por otro lado, los cambios en el aseguramiento producidos en el año 2012, impulsados por el actual Gobierno y argumentados bajo el enorme paraguas de la crisis económica y las exigencias de la Unión Europea, nos han colocado ante la realidad, la dura realidad de aquellos que están en nuestro país intentando salir adelante, ellos y sus familias, procedentes de otros lugares del mundo, algunos de los cuales están afectados, o en riesgo de estarlo, por la actual epidemia del virus Ébola. Ignorar esta realidad supone un enorme acto de injusticia social que, por otro lado, la inmensa mayoría de la ciudadanía no comparte; pero, desde el punto de vista epidemiológico y de salud pública, puede poner en riesgo al resto de los ciudadanos, dado que la situación irregular de presencia en nuestro país puede hacer que el sistema de salud no llegue a protegerlos, a atenderlos adecuadamente, y a controlar los posibles contactos de riesgo que se puedan producir. La segunda reflexión está relacionada con la selección de recursos más adecuados para atender a este tipo de pacientes. En este sentido, hemos ido conociendo con el paso de los días, que el Hospital Militar Gómez Ulla dispone de instalaciones, equipamiento y personal adiestrado para situaciones de riesgo biológico. Si esto es así, es difícil entender que se haya elegido el Hospital Carlos III para atender a los pacientes repatriados desde los países afectados por la epidemia, máxime conociendo su estado de extrema gravedad. Esto, además, está en relación con la propia evolución de capacidad y singularidad del Hospital Carlos III, que ha ido descapitalizándose, no sólo en recursos materiales y humanos, sino también en materia de gestión del conocimiento, hasta encontrarse en situación de casi dilución en el conjunto de la red sanitaria de la Comunidad de Madrid. A ello no es ajena la derogación en 2007 de los artículos de la Ley General de Sanidad referidos al Instituto de Salud Carlos III, en el marco de la articulación territorial de la investigación biomédica y la búsqueda de mayor eficacia en la gestión de las ayudas a la investigación. Una tercera reflexión nos lleva al siempre difícil debate competencial bajo la pregunta ¿ha de ser responsable la Comunidad de Madrid de la atención a problemas singulares y excepcionales? El hecho geográfico no garantiza la capacidad de respuesta del sistema de salud ante situaciones excepcionales; descargar sobre la financiación de una Comunidad Autónoma la responsabilidad de mantenimiento de centros singulares de alta especialización. En este caso excepcional se puede ejemplificar otras situaciones de riesgo potencial futuro. Profundizando en esta dirección, no deja de ser discutible la decisión de disponer de un centro preparado para un posible caso de Ébola en cada Comunidad Autónoma. Desde la óptica de la planificación y la eficacia en la atención sanitaria a las crisis, es más eficaz disponer de un adecuado medio de transporte y localizar la atención a posibles nuevos casos en dos o tres centros distribuidos territorialmente por el país, lo que permitiría disponer de personal cualificado y de las instalaciones y medios necesarios con menor coste para el conjunto del sistema. Esto no es nuevo; ya se viene detectando hace años la necesidad de fortalecer algunos elementos del sistema de salud, concentrando recursos y conocimiento especializado para garantizar la mejor atención a los problemas de mayor complejidad y singularidad. No se trataría tanto de reducir la cartera de servicios de algunos centros, sino de generar una red formal y real, que agrupase los 22 grandes hospitales de nuestro país, creando un clúster de conocimiento y tecnológico, con gestión coordinada entre el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas, con financiación singular a cargo del Ministerio de Sanidad en aquellos servicios que son de referencia. Ello evitaría fronteras administrativas en la atención a los pacientes más complejos, facilitaría la generación de conocimiento experto y aumentaría enormemente la calidad de la atención, la formación de especialistas, la innovación y la investigación en el ámbito sanitario. Del mismo modo, se hace ya imprescindible la creación de un organismo que impulse la homologación de centros sanitarios, la calidad y la evaluación de la atención sanitaria y la práctica profesional, que impulse la buena práctica y la generación de conocimiento, como sucede con el NICE-NHS británico. Nuevos riesgos en salud pública en un mundo globalizado, que obligan a repensar la coordinación y gestión del sistema de salud, potenciando el papel de autoridad sanitaria estatal para afrontarlos, en definitiva, para asegurar a los ciudadanos la mejor calidad posible de la atención sanitaria y continuar fortaleciendo nuestro Sistema Nacional de Salud, para que siga siendo uno de los mejores del mundo. Enrique González Fernández

miércoles, 2 de enero de 2013

AÑO NUEVO CON CRISIS VIEJA

2013...Año nuevo, crisis vieja Todos los expertos dicen que 2013 será difícil, más incluso que 2012...bueno, todos menos el Gobierno, lógicamente...Es costumbre hacer nuevos propósitos para el año nuevo...uno de los míos será escribir, al menos, una vez al mes en este blog y compartir reflexiones, inquietudes, iniciativas, ideas, experiencias... Como cada año...las uvas en TVE1...este año Imanol, con un tupé llamativo, tuvo su minuto de compromiso dedicando el año a las madres de los inmigrantes que están en España..."que los tenemos aquí entre nosotros"...y no le cortaron la emisión desde el Ministerio de Sanidad. Y, como no podía faltar...el concierto de año nuevo, desde Viena. Hoy vuelve la actividad; me quedan muchas cosas por desarrollar en este año, espero que algunas tengan el impacto que necesita la sociedad asturiana. Ya os iré contando proyectos e iniciativas. De momento, bienvenidos al año nuevo y ánimo para superar la crisis.

viernes, 27 de julio de 2012

CONVULSIVO Y COMPULSIVO

Asistimos en las últimas semanas a la depresión de los datos sobre el riesgo de nuestro país para la inversión, eso que llaman la prima de riesgo, y la caída libre en la que se encuentra la bolsa, el índice Ibex35. Al final vamos aprendiendo poco a poco esta nueva terminología y casi todo el mundo habla de estas cosas. Es lo lógico con el bombardeo permanente en medios de comunicación. Pero lo más sorprendente es la falta de aplomo de quienes deben tener, aparte de conocimientos, el mayor aplomo y sentido común para controlar la nave económica. Es un tiempo muy convulso, pero es más llamativa la actitud compulsiva de quienes han de ser pausados, para reaccionar ante cada oscilación de esos indicadores económicos. Como en la época de los exámenes finales en la universidad, un poquito de tila les vendría bien cada mañana, antes de ponerse a tomar decisiones o a contar las decisiones que dicen hay que tomar. A mi no me gusta la tila, no me hagan tomarla.

domingo, 13 de mayo de 2012

EL PDO DEL DINOSAURIO

Me disculparán, espero; no se trata de una errata, he preferido eliminar la “E” en el título de este artículo, para no parecer grosero. Pero no puedo dejar pasar la oportunidad de compartir con ustedes la sorpresa de conocer que la digestión de los dinosaurios herbívoros, es la causa del calentamiento del planeta hace 150 millones de años. Se acabaron las teorías románticas de una invasión de habitantes de otros lugares del Universo. Se acabó también la tesis del meteorito. Ocurrió de forma más sencilla, las flatulencias de esos animales, seguramente de proporción adecuada al tamaño del bicho, inundaron la atmósfera de etano y…zas!!...todos tiesos. Ahora empiezo a entender un poco más y mejor del mundo en que vivimos. Nada de políticos indocumentados o descuidados en el uso de lo público. Empiezo a pensar que todo lo que estamos viviendo en los últimos tres años tiene que ver con la flatulencia de otro gran dinosaurio. El sistema llamado capitalista, compuesto por una serie de estómagos interrelacionados, a modo de rumiante, fruto de un empacho digestivo descomunal, después de décadas devorando todo lo que ha podido, ha soltado una enorme flatulencia, un enorme pedo, de cuyo impacto nauseabundo no acabamos de librarnos. La enorme flatulencia de los dinosaurios terminó con las condiciones de vida conocidas en ese momento. El pedo del capital está terminando día a día, con lo construido laboriosamente durante años. En descargo de los dinosaurios, hay que reconocer que los pobres únicamente se limitaron a vivir y a cumplir con las normas de la biología. Sin embargo, en la flatulencia capitalista, la ambición y la decisión de personas, es el origen del incremento de la marginación, del incremento de la exclusión social, de la pérdida de derechos laborales y sociales. Es la decisión de personas la que hace que miles de ahorradores de Bankia y sus entidades fundadoras, sean ahora un poco más pobres y, probablemente, hayan perdido una buena parte de los ahorros acumulados a lo largo de su vida. Pero no crean, el dinero, como la materia, ni se crea ni se destruye, solamente se transforma…y cambia de manos. Dicen que la esperanza se llama Hollande. Es posible. Su discurso habla de una banca pública de inversiones, habla de ética, habla de impedir que los bancos que reciben ayudas públicas, inviertan en paraísos fiscales. Habla de cosas sensatas, cercanas a la ciudadanía. Pero en este complejo mundo, evitar que la flatulencia del capital acabe con todos nosotros, exige cambiar la dieta del enfermo. Y eso requerirá algunos Hollande más. ENRIQUE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ

sábado, 17 de marzo de 2012

REFORMAR E INNOVAR O RECORTAR Y RETROCEDER

El mundo que creímos construir desde el final del régimen franquista se desmorona a pasos agigantados, ante la incapacidad política para salir del bucle del pensamiento único del déficit. Pero en las crisis siempre sale vencedor el que es capaz de identificar las oportunidades. España y Andalucía no saldrán de la crisis si no hay un giro político hacia el desarrollo innovador, hacia las actividades vinculadas a la generación de conocimiento. El falso espejismo del empleo fácil en el ámbito de la construcción, nos ha llevado a esta debacle general, de la que nadie en el espectro político es ajeno; todos los partidos mayoritarios han disfrutado de amplios espacios de gobierno territorial; sin embargo, en todas partes crece el desempleo y decrece la confianza de la sociedad.
Hace escasas fechas vio la luz la “Carta abierta por la ciencia en España”, en la que científicos, investigadores y otros colectivos y organizaciones, denunciaban el continuo descenso en las partidas que los Presupuestos Generales del Estado dedican a I+D+i, incluyendo la dificultad presupuestaria en que se encuentran las Universidades, pilar fundamental en la investigación. En el bosque del debate sobre el déficit, la prima de riesgo, el rescate griego y otros titulares habituales, no debe pasar sin generar alarma esta toma de posición de la comunidad científica.
Hace años se viene argumentando la necesidad de mejorar la educación y de impulsar las políticas de innovación, la investigación y el desarrollo. Hay una regla básica en las políticas, “lo que no está en el Presupuesto, no existe”. Únicamente de forma puntual, aparecen asignaciones presupuestarias en cuantías coherentes con este discurso. Y no se trata sólo de impulsar grupos y centros de investigación, que afortunadamente Andalucía sí ha hecho en la última década. Se trata también de dar un giro importante en el esfuerzo de las políticas, derivando recursos de otras áreas siempre atractivas, por aquello de la foto, hacia políticas continuadas destinadas a mejorar los centros educativos, a las universidades y a la innovación en la empresa.
Pese a los discursos oficiales, pese a que las dos palabras empiezan por “re-“, una cosa es recortar y otra reformar. Quienes hablen únicamente de recortar, nos empobrecerán. Quienes hablen de mantener el actual estado de cosas, nos harán más débiles.
Es tiempo de audacia, de innovar, de reformar para adaptar nuestro modelo de sociedad a un tiempo cambiante, muy distinto de aquél de la transición política. Es tiempo de valientes para enfrentarse al pensamiento único y darle una oportunidad a la sociedad.